domingo, 3 de abril de 2011

Se me escapó de las manos.

Él era guapo, mucho, aunque nunca me paré a pensarlo. Él siempre fue estúpido, engreido, egocéntrico. Siempre nos llevamos mal, aunque bien de algún modo. Siempre creyéndonos mejor uno que el otro. Nunca nos paramos a pensar, siempre nos estuvimos riendo. Nos lo pasabamos bien, a nuestro manera, la gente llegó a pensar que nos odiábamos o algo por el estilo. Aunque siempre hubo algo más allá, algo que ni él ni yo vimos nunca... hasta hace dos días. Hay que ver cómo cambian las cosas según las circunstancias. Algo inimaginable, increíble, fantástico. De esas cosas que cuentas y nadie se cree y no entienden. Dicen que lo verdadero de las personas sale cuando estás mucho tiempo con ellas, y qué mejor ejemplo que vivir con ellos 3 días. Tres días. Ahora sé que lo mejor que tengo está a mi alrededor, no hace falta ir a buscar a ninguna parte. Hay algo en mí, algo que me produce escalofríos cuando recuerdo tu mano acariciandome la cara. Algo que me hace aún creer que no ha pasado, que ha sido un sueño; pero no hay nada mejor que darte cuenta que lo que has creido un sueño, ha sido una realidad. Ahora me queda por saber ¿Qué pasa ahora?

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