sábado, 20 de febrero de 2010

Puestas de sol.

Sentarse en una playa desierta, cerrar tus ojos por unos momentos y disfrutar de la dulce brisa que acaricia tu rostro, oír como las olas rompen contra las rocas, apreciar el olor a mar, ése que tanto te gusta. Abrirlos para dejarse maravillar por una preciosa puesta de sol. Observar cómo lentamente el sol se esconde bajo el mar, sin prisas. Sentirte insignificante bajo la grandeza del Sol.
Los colores calidos que se dibujan en el cielo parecen estar hechos sólo para ti. Sonríes. Disfrutas de cada momento, no tienes otra cosa que hacer, dejas tu mente en blanco y pierdes tu tiempo sentada en aquella playa, aquella maravillosa tarde. Te sientes bien, te sientes viva.
Desearías que tu vida fuera quedarte ahí y simplemente, respirar.
Pero, aunque no lo sepas eres feliz, y momentos cómo este, hacen que tu vida merezca la pena

La tristeza escondida en sus profundos ojos verdes.

Sus brillantes ojos y su nariz sonrosada expresaban sus ganas de llorar. Intentaba esconderse tras la apariencia de un hombre fuerte. Él no era así. Tenía ganas de gritar, de explicar cómo se sentía, ganas de que alguien alguna vez le preguntara qué era lo que quería él, ganas de que a cada cosa que hiciera no se lo reprocharan, decir que echaba mas de menos a sus padres, que en paz descansen, esos padres por los que aparentemente derramó pocas lágrimas para ánimar a sus hijos, decir que odiaba esos:''Nunca haces nada bien!''. Tenía muchos sentimientos escondidos, algún día esplotaría. Llorar en ese momento provocaría tres miradas de compasión, lo que él más odiaba, la compasión. El coche no era el lugar adecuado para expresar sus sentimientos, prefería ocultarse en su trabajo, el lugar perfecto para alejarse de sus preocupaciones. Sus ocho horas del día preferidas porque al llegar a casa cansado volvía a la vida normal, regresaba a su vida real, de la que él tanto quería alejarse.

Él, lo único que quería era que todo volviera a ser como antes, pero como todos sabemos y aunque nos duela, no se puede dar marcha atrás, no hay una máquina de felicidad, no se puede cambiar todo de repente para que esté bien; Los fallos que tuviste se quedaron grabados y ahora te duelen y mucho.
Poco a poco, ya verás:)

Comportamientos extraños.

Jamás conseguí entenderla. Su vida llena de problemas no justificaba su comportamiento, sus amigas le dieron de lado, lo intentó de nuevo y fracasó, otra vez. Para hacerse respetar intentó llamar la atención, ése nunca fue un buen método. Se ponía ropa ''especial'' para que la gente se acecara a ella aunque no le ggustara su forma de ser. También procuraba hacer reír diciendo tonterías, consiguiendo que la gente la tomara por tonta. Tenía una gran capacidad para convencer a la gente y meterla en problemas. Consiguió muchas veces que le dieran otra oportunidad. La gente se cansó de esperar su prometido cambio. Cuando quiso darse cuenta, ya era demasiado tarde para cambiar las cosas.