viernes, 31 de enero de 2014

NEVER GOOD ENOUGH



Ni siquiera soy capaz de plasmar con palabras los gritos dentro de mi cabeza. Cuánto más alto es el volumen de mis cascos, más gritan ellos. Es cierto que me preocupo demasiado, pero cambiar ese aspecto ya lo intenté y no pude. Soy demasiado perfeccionista como para que no salga perfecto. Demasiado soñadora como para ser conformista. Puse mi mirada muy alto, y sólo veo que no llego. Pero, por lo que he dicho antes, la solución a uno de estos problemas implica que se acentúen otros.
¿Es cuestión de trabajar más? ¿de trabajar mejor? ¿de no perder el tiempo? No lo sé.


Sólo sé que la misma secuencia se repite: lucho, trabajo duro y cuando estoy a punto de conseguirlo ''¡Buen trabajo! Pero no te hemos elegido a ti.'' Y así en todos los aspectos. Le gusto mucho, pero no me quiere. Hago un gran trabajo, pero no el mejor. Podría sentirme bien, pensar que estoy en el punto medio, pero a mi me parece mediocre. No soy capaz de ver el vaso medio lleno. Veo que quiero cosas y no las consigo por muy poco. Quizá está todo bien y debería sentirme orgullosa del hecho de no conformarme... pero es entonces cuando los gritos de dentro de mi cabeza se mezclan con los de fuera y si ya os digo que la música que suena es esa canción... supongo que sabréis el final de la historia.


Deseadme suerte o, mejor dicho, deseadme que me merezca tener suerte.